jueves, 24 de diciembre de 2009

No, no intentes disculparte, no juegues a insistir. Las excusas ya existían antes de ti. No, no me mires como antes
No hables en plural. La retórica es tu arma más letal. Voy a pedirte que no vuelvas más, siento que me duelas todavía aquí. Adentro. Y que a tu edad sepas bien lo que es romperle el corazón a alguien así. No se puede vivir con tanto veneno, la esperanza que me dio tu amor no me la dio más nadie. Te juro, no miento. No se puede vivir con tanto veneno, no se puede dedicar el alma a acumular intentos; pesa más la rabia que el cemento. Espero que no esperes que te espere después de mis 26. La paciencia se me ha ido hasta los pies. Y voy deshojando margaritas y mirando sin mirar para ver si así, te irritas y te vas.


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